El Tribunal Inquisidor del Partido Por la Democracia ha condenado a la
hoguera al hereje relapso Rodrigo García, concejal de Providencia, por insultar
con improperios elevados al homosexual Jaime Parada, por su condición, también
concejal de la misma comuna chilena. Como el arrepentimiento de García en el
confesionario fue tibio, el Santo Oficio procedió de inmediato, sin titubeos, a
pedido de una juventud más apostólica y celosa. Si alguien se atreve a ofender
a alguna divinidad, ellos desenvainarán su canonizada espada. Los inquisidores
atacarán la blasfemia en todas sus expresiones y formas hasta pulverizarla,
hasta exterminar todo resabio, sin piedad. Como el homosexualismo y sus
variantes son celestiales hay que comprarles alas. El apóstata fue condenado,
previa excomunión, por sus dichos teofóbicos, perdón, quise decir homofóbicos.
Si escupes sobre el Sermón del Monte no te aplicarán la Ley Zamudio, porque la
tolerancia a todo evento es un principio ético insoslayable, es más, si ofendes
a la Escritura te podrían encontrar hasta cara de intelectual y ser invitado a
dar alguna conferencia, con loas y obsequios. La teofobia debe ser erradicada,
perdón, quise decir la homofobia, y los que notoria y claramente transitan por
un camino hueco y desviado serán fulminados ipso facto, con santa ira. Que no
se insulte a Jesús de Nazaret, que no se insulte a ningún ser humano, por
histérico o sereno que sea su comportamiento. Cuando un ser humano es ejecutado
dentro del vientre de una adolescente que olvidó comprar sus pastillas
anticonceptivas, este tribunal inquisidor y progresista guarda un silencio
sacro y monástico porque la tolerancia es una divinidad a todo evento y nadie
saltará por los aires sin fundamentos de peso. ¿Cuál es la próxima parada? La
caza de brujas y herejes ha comenzado y el clero progresista está atento a
cualquier paso en falso, con una antorcha reivindicadora en la mano. Primero te
expulsan, después te queman, por tu propio bien. Un progresista lúcido batalla
por extirpar todo olor a herejía, con una impresionante y puntillosa
laboriosidad. El recalcitrante inquisidor Elton John excomulgó a “Dolce y
Gabbana” por dar una opinión distinta, normal, acompañado de locas perdidas
como Ricky Martin y otras beldades. La yegua coherente se sulfura con la
discrepancia, no la tolera.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
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(3) Las lepras del humanismo
(a las aberraciones del humanismo laico)
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(4) Veleidosa diosa libertad
(a esa libertad divorciada de la responsabilidad)
http://veleidosadiosalibertad.blogspot.com
(24) Dardos del espejo
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(Una mirada al pasar sobre Chile)
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