sábado, 11 de marzo de 2017

EL PERIPLO POLÍTICO DEL NARCOTRÁFICO


El presidente Santos y los narcoterroristas de las FARC han firmado un espurio acuerdo de paz. Los asesinos y secuestradores que violaron todos los derechos humanos existentes se sientan a la mesa de diálogo en igualdad de condiciones, con absoluta impunidad. El narcoestado de Venezuela está feliz y le da la bienvenida a su nuevo hermano. El hábil dictador y criminal Raúl Castro es quien supervisa la fechoría y es quien convenció hace mucho tiempo a las FARC que la mejor forma de adueñarse de Colombia es manipulando la democracia, por medio de la demagogia y el populismo, como lo hizo el gurú Chávez desde Caracas. Ya tienen asegurados algunos escaños en el Parlamento sin importar la votación, el número de votos. La diablura está bien planificada, desde La Habana. El narcotráfico lo financiará todo, lo corromperá todo. Pactar con mafiosos de vocación bañados en sangre es de una inocencia sublime. Cuba vigila que estén todos alineados. Seguir encerrados en el monte no genera ninguna rentabilidad política, sólo balazos y huidas. El poder está en la capital. Los partidos políticos son vasallos del dólar. Si logran poner a uno de los suyos o a algún títere en la casa de gobierno pondrán a Colombia de rodillas. El modelo del títere perfecto es el colombiano Nicolás Maduro, adiestrado en Cuba, por supuesto. El diablo paga mal a quien bien le sirve. Cuba, Venezuela y Colombia formarían una trinidad. El poder político de los narcotraficantes se eleva, con la asesoría insoslayable de los manipuladores expertos cubanos. El secretismo bancario es el protector oficial del crimen a gran escala. La mesa está servida, con agua bendita. Se visten de blanco para darle pureza a la debacle. El que esté libre de pecado que arroje un gramo de cocaína al confesionario.


Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN


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