¿La fiscal Solange Huerta no formalizó a Michelle Bachelet por el caso
tsunami y el éxito de su carrera quedó asegurado? El ministro Perez Yoma señaló
que “cuando yo llegué a la Onemi, el mando de la autoridad estaba ya radicado
en la Presidenta”. Esto implica con brutal claridad que hay que formalizar al
chofer, a la directora y al subsecretario. Es ridículo pensar que la
exmilitante socialista Huerta va a formalizar a una presidenta de Chile del
mismo partido. Sería una incoherencia ideológica, una traición que los
compañeros en la lucha jamás le perdonarían, jamás. Y siguiendo con su línea
bacheletista, la misma Fiscal Nacional suplente nombra al hijo del senador
socialista Montes como fiscal de la arista Soquimich. El objetivo es fraccionar
y lesionar la excelente investigación del honesto e inquisitivo fiscal Carlos Gajardo,
echándole tierra, en un plan siniestro, al ya quisquilloso caso de la mafia
Penta que está lanzando balazos hacia todas las direcciones, muy desordenadamente.
¿Y si el eventual fiscal Montes por ironías del destino debe citar a su propio
padre? ¿qué cara pondría la compañera Huerta? Como el fiscal Gajardo es un
persecutor eficiente, detallista y cabal, que fastidia a la clase política y a la
cúpula del singular y elástico Ministerio Público, hay que relegarlo, nombrarlo
asistente o estafeta, sin que el público lo percate. Es que Gajardo es un
peligro gigantesco e inaceptable en un Parlamento lleno de trucos y fechorías.
¿Gajardo se atoró con el caso Penta y sus aristas? No, su problema es ser un
excelente profesional y eso lo complica todo. Con el propósito de tapar el sol
con un dedo, ahora el Fiscal Nacional titular Sabas Chahuán decide asumir una
labor que Gajardo venía realizando bien, demasiado bien. Esta última resolución
terminaría con la presentación circense que se merece una gaviota de plomo. Creen
que nadie notó el enjuague. Es que en la arista del caso empezaron a aparecer
nombres de la sacra Nueva Mayoría. Todos entraron en pánico, también la cúpula
del flexible Ministerio Público. Ya no sólo estaba en peligro el pellejo de una
UDI, desenmascarada, que sola se puede ir al infierno y no hay líos. Con socialistas
y DC en pecado todo es distinto. Gajardo hace una cosa, Huerta una segunda y
Chahuán una tercera. El payaseo es perfecto y la desacreditación insuperable. Si
eres un fiscal espectacular y probo, los buenos muchachos te revientan, a
veces, con chocarreras sutilezas. El “golpe azabache” de la obediente Huerta no
resultó, y como castigo, la confirman en su cargo. Por su buen comportamiento
político hay que ensalzar las carreras de Huerta y Ayala, es lo que
corresponde. El caso Penta es una oportunidad idílica para congraciarse con
todos los sectores de la oscura clase política, repleta de boletas de
honorarios brujas, malos olores y truhanerías. El Ministerio Público comprende hoy
en carne propia el significado de “meterse en un zapato chino”. Desde mañana la
única alternativa viable del fiscal Chahuán es formalizar a cuanto político se
le cruce por la calle o en los pasillos del Congreso. De lo contrario la gente
va a pensar que todo está más arreglado que caballo de Cuasimodo. Les faltó
malicia en los saltos ornamentales sobre la cornisa. Si el fiscal Toledo que
investiga el caso Caval se pone chúcaro y eficiente, de seguro va a sufrir
algún accidente o incidente.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN