¿Cuál fue el espectacular negocio que visualizó
el inteligente Andrónico Luksic que le prestó más de 10 millones de dólares,
cifra que bate el record mundial para una pyme, a una empresa de nombre Caval
que tenía un capital equivalente a un carro manicero de última generación? El
dueño de Caval es el hijo regalón de la presidenta Bachelet. El propio
vicepresidente del banco de Chile recibió con una alfombra roja a Sebastián
Dávalos, el primogénito. Luksic, uno de los dueños de la república aceptó el
requerimiento del chúcaro e inquieto Sebastián y su amada esposa y se echó al
bolsillo al gobierno de la igualdad en menos de 24 horas. Hay un compromiso no
escrito de no fastidiarlo demasiado, con fiscalizaciones que van a ser de hule,
si se presenta el caso. El banco se ganó el corazón de madre de la presidenta
Bachelet, por confiar en los agudos cálculos comerciales de su bebé. Si la
empresa Caval logra alterar convenientemente el plano regulador de Machalí van
a ganar más dinero que estrella del Real Madrid con la inversión inmobiliaria
que avaló con fluidez la sagaz institución financiera. El Banco de la teletón
apoyaría a las pymes con todo, con un trato que no siempre es igualitario.
Otros microempresarios con mayores y mejores requisitos y proyectos entran de
rodillas al banco y el portazo en la cara se escucha en el lago Chungará. Es
que Sebastián Dávalos Bachelet posee un ángel mágico que nadie más posee. Con
estrategias que no son novedosas el área política de La Moneda intenta tapar el
sol con un alfiler oxidado. El Ministerio de Hacienda intenta gambetear la
turbiedad con artillería pesada y resquicios técnicos no que perforen la
tambaleante estantería. Este cándido autogol los tiene a todos de cabeza mas la
Cosa Nostra siempre se oxigena y sobrevive aunque el involucrado y desalineado aprendiz
de padrino tenga manos de hacha. Dávalos probó que el acceso a un
financiamiento potente depende del apellido, del segundo apellido en este caso.
Es sabido que los izquierdistas tampoco se asquean con los lingotes de oro. Eso
sí, don Andrónico esperó los resultados definitivos de la segunda vuelta
presidencial antes de entregarse de cuerpo y alma a la familia Bachelet, de lo
contrario, no te presta más de 100 dólares, y con garantías duras. El contundente
capital de Caval es el segundo apellido del propietario. El oficialista que
haga la vista gorda con sabiduría y clarividencia con lo ocurrido será invitado
al próximo cumpleaños de la Mandataria con derecho a apagar una velita. La
Presidenta no va a discutir con su nuera por dinero, es feo. Con el propósito
de desmarcarse de los pobres y del Transantiago el primogénito colecciona
automóviles de lujo. Es que cuando Sebastián ve a un atorrante o un microbús se
deprime y su mamá se asusta. Este ocurrente muchacho ¿es un lobista o un lobo? Luksic
tampoco olvida los 120 millones de dólares que le facilitó el dadivoso
Bancoestado con el objetivo de controlar el Banco de Chile. Amor con amor se
paga. Cuando el niño Sebastián hace o dice algo a La Moneda le da crisis de
pánico. Creyendo que vivía en el muro de Berlín quiso silenciar a un periodista
preguntón. Es que no le gusta que lo miren feo. No escupas al cielo, ningún
intelectual está libre de traer al mundo a un hijo así. Al final, ¿cuál fue el
gigantesco negocio que visualizó el Banco de Chile?.
Del blog índice LAS
SOTANAS DE SATÁN
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