jueves, 12 de febrero de 2015

LA ETERNA CAFICHE Y RATERA DEL ESTADO

Por ejemplo, mediante el decreto número 139 del 18 de enero 2012 la comuna de Providencia le entrega en una bandeja de plata $ 2.828.000 millones de pesos a la multimillonaria Iglesia Católica con el propósito de cancelar el consumo eléctrico del santuario de la Virgen del cerro San Cristóbal ¿Habrán pensado el arzobispo y el alcalde Cristian Labbe en los pobres escondidos de Providencia y en las múltiples deudas sociales pendientes? ¿y si iluminan sectores específicos que incrementen la seguridad ciudadana? No les importa, ambos están concentrados en una imagen de yeso que debería cubrir sus gastos con el dinero de los supuestos devotos, que no se ponen con ni uno, y no con recursos públicos. Cuando el católico tiene que pagar renuncia a todo lo cree en un tris, generalmente. La corrupta y centenaria colusión entre la Madre Iglesia y el Estado está acuartelada. Los consejeros regionales también doblan sus rodillas y con la excusa del monumento nacional u otras desvían recursos de todos los chilenos para financiar reparaciones de templos de una iglesia que está forrada en oro y que posee un patrimonio trillonario que ningún economista en el mundo ha podido cuantificar. Los obispos han destripado el erario nacional ajeno desde que existen. ¿Cuáles son innumerables beneficios y prebendas fiscales y regalías del clero chileno y por qué? Nadie lo sabe ¿Cuánto IVA no han pagado en el último siglo? La maliciosa iglesia no evade pero sí elude. El arzobispo es el paradigma de elusión, gambeteando los impuestos sobre al capital, las sucesiones, los bienes y otros. El valiente congreso que predica de la equidad cuántas comisiones investigadoras ha creado para que se pueda determinar el monto total de la depredación clerical, que son billones de dólares, sin contar tanta prerrogativa escandalosa, desde el nacimiento del país ¿Quién debería pagarle a los capellanes? La Madre Iglesia no responde al imperativo bíblico “No robarás”, y aclarando además que el secretismo histórico y escabroso existente entre los coludidos (Iglesia y Estado) es una ignominia. Si cuentas a los católicos y a los evangélicos que van a sus templos Chile es de mayoría evangélica. Sí, van más evangélicos a sus parroquias cada domingo que los católicos a la suyas. En términos reales en el país hay más evangélicos que católicos. Ahora, si defines como católico a aquel que está bautizado y que puede cruzar solo la calle entonces los marianos son mayoría. Si defines como católico a aquel que va a misa los domingos, que se confiesa una vez al año y que participa del CALI, entonces el catolicismo sencillamente no existe. Es esta la religión repleta de privilegios ¿Cuánto decenios se demoró la traidora Iglesia Católica en reconocer formalmente la independencia de Chile, y con reparos? ¿cuántos curas fueron fusilados por los generales patriotas antes del año 1840 por este delito, de alta traición a la patria? Esta es la Iglesia que el Estado premia con concesiones legales y otras veladas. Y si de los millones de dólares recibidos a través de los años, de distintas formas, se ha extraviado algún centavo en el picaresco camino, ¿quién audita a esta entidad de derecho público que nunca le rinde al público sus gastos e ingresos pormenorizadamente? Hasta cuándo van a ser la vista gorda el Consejo de Defensa del Estado, el SII, La Moneda. No es menor decir que las imágenes de yeso de María irritan a evangélicos, judíos, musulmanes, algunos progresistas y agnósticos y más. Racionalistas y muchos científicos están convencidos de que la religiosidad popular romana es superstición docta, paganismo elaborado y nada más. En el Vaticano la transparencia es un demonio. El católico cuando tiene que financiar de verdad su credo, se convierte en un ateo fanático o en un incrédulo práctico, como diría el teólogo. Amén.

Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
http://lassotanasdesatan.blogspot.com


NO SEAS CATÓLICO
(índice: una santa e irresistible invitación)
http://noseascatolico.blogspot.com







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