sábado, 7 de noviembre de 2015

UN GANGSTER DE ALCURNIA, EJEMPLAR, DEVOTO DE MARÍA Y TRADICIONAL

La mafia del papel higiénico desvalijó y se coludió por diez años, reuniéndose en secreto en lugares discretos y atípicos y utilizando partes de matrimonio y otros divertidos embelecos para comunicarse y maniobrar. Cambiaron la pistola por una corbata siciliana. Apenas vislumbraron la posibilidad de ser descubiertos, porque algo que se supo en el extranjero, rápidamente optaron por la autodelación, cada uno con un sambenito, para salir libres de polvo y paja, que es parte del planificado proceso criminal. La ley de la autodelación es una norma creada por la derecha económica con el propósito de desmarcar de cualquier castigo duro a la Cosa Nostra. De esta manera todos los carteles de la amada patria crecen y se desarrollan sin grandes dificultades. El procedimiento consiste en armar el cartel, coludirse y saquear a la gente por diez años o más acordando precios y combatiendo con todo la sana y libre competencia. Nadie más debe ingresar al mercado, o todo se complica. Que se pudran los advenedizos y emprendedores. Después pides disculpas con ojos llorosos y humildad y las cortes te indultan. Es como si por costumbre asaltaras bencineras de enero a diciembre y a fin de año entras al confesionario y te absuelven de todos tus pecados y extiendes así tu oficio de ladrón por siempre. Obviamente el Vito Corleone del cartel del confort o papel higiénico es un inocente que fue engañado y que está enfadado con esos gerentes a quienes les pagó una indemnización millonaria por sus eficientes servicios. El padrino Eliodoro Matte no se va a querellar en contra de esos ejecutivos que lo humillaron públicamente, eso es lo raro. Bueno, nadie en su sano juicio le dispara a un bandido leal y fecundo. Lo que hizo Matte tan brillantemente equivale a cien mil portonazos y cincuenta mil asaltos exitosos a mano armada. La candorosa Fiscalía Económica, que duerme el sueño de los justos, sólo sirve para hacer la vista gorda en aquellas bribonadas que muchos saben o sospechan pero ella no. La Fiscalía promueve disimuladamente esa autodelación que es una impunidad disfrazada. Todo es parte de un estilo macabro. Antes de lanzar al canal San Carlos los computadores con pecados inconfesables y con un crucifijo entre sus piernas don Vito le pidió perdón al país en una mojiganga bien montada. También subió de rodillas el cerro de la Virgen Inmaculada, con rodilleras. Estás sentado en la taza del baño, concentrado, tratando de encontrarte contigo mismo, y los poderosos te siguen perjudicando y taladrando. Los amos de la patria son omnipresentes. En Chile los carteles de la salud, de los fondos de pensiones, del mar, de los productos básicos y otros, engordan bien, sobre todo el cartel del quehacer político. La bolsa de valores y la logia bancaria son mafias, a veces legales, que también operan en la paz del Señor. Con rentabilidades tan jugosas todos continúan ofendiendo su falsa moral. Cada pandilla secuestra y administra su mercado. La inepta Fiscalía espera sentada en una hamaca a que alguien se autodenuncie, para así salir del letargo y hacer algo útil por la patria, y justificar su existencia. Como penitencia, don Vito les prometió a la Virgen y al fundador de los Legionarios de Cristo que se iba a limpiar su trasero sólo con el papel del diario El Mercurio, por los mismos diez años, previa lectura acuciosa del decano de la prensa. Lo que corresponde ahora es pagar la multa o propina, previo escandalillo insignificante en los medios de comunicación y en las sacras audiencias. Y la vida continúa. Con un poco de suerte tu multa va a ser de cero. Lo más importante es la familia y el rosario. Si la camorra está bañada con el agua bendita del congreso la gloria es total.































        

                                                                                                                                                                        Dardos del espejo
(Una mirada al pasar sobre Chile)

Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN

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