La hiperactividad generalmente es una bendición del
cielo y no una enfermedad como lo asegura ese tramposo emporio llamado
psiquiatría, que inventa padecimientos para incrementar el negocio y los
clientes, particularmente fármacos inútiles, dañinos, esclavizantes y caros, de
todo tipo, en colusión con los laboratorios. El sucio negocio multimillonario
de las farmacéuticas ha envenenado y drogado a parte de la humanidad sin
fundamento científico alguno. Hay más de doscientos mil millones de dólares inmundos
en juego en esta mafia legal, y las comercializaciones crecen cada año. El
objetivo es medicar a todos los seres humanos, por cualquier cosa. Por cada
anomalía o epidemia inventada los billones se multiplican. Hicieron de la
especulación una profesión universitaria rentable. Si varios genios tuvieron
déficit atencional es porque no tenías fallas en el cerebro o en otro lado. A
veces el que falla no es el hijo, sino el padre, que no le pone la debida
atención y cariño a su retoño. El contexto sicosocial también define el
carácter, el comportamiento infantil. El hiperactivo, con las excepciones del
caso, puede ser un individuo creativo, curioso y tal vez un futuro artista,
deportista, arquitecto o inventor. El argumento para definir a la
hiperactividad o a la tristeza fuerte y otras como enfermedad es la conjetura,
sí, ellos creen o suponen que son males sin ninguna prueba científica. No hay
radiografías ni exámenes ni nada, absolutamente nada. Lamentablemente el fraude
de la psiquiatría y el de la sicología clínica aún no son delitos y estafan
impunemente, con rostros académicos. El ritalin se vende como pan caliente, con
jugosas ganancias, como otros cientos de drogas. El hiperactivo es algo
molestoso, pero es un niño sano, que lleva la cruz de una enfermedad que no
existe. Los psiquiatras no ponen en primera plana los efectos secundarios y
fatales que generan sus narcóticos en los niños y clientes o pacientes, sería
negativo para el botín. Los efectos secundarios pueden ser cien veces más
terribles y destructivos que ese mal que
no es tal. Las drogas no mejoran nada y menos si no hay ninguna enfermedad. ¿A
cuántos locos han sanado en toda la historia? A ninguno. Con este rendimiento inicuo
deberían encarcelarlos a todos, drogándolos primero. Y pensar que los
traficantes de drogas van a la cárcel…
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
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