El objetivo primordial
de la televisión es idiotizarlos a todos, con culebrones, promoviendo y
santificando el homosexualismo, el aborto, la violencia, la frivolidad, la
lujuria, la indiferencia y el desenfreno. Los amos del país utilizan todos los
medios posibles para que el peatón olvide que es un esclavo en democracia. Con las
telenovelas babeas, con las películas te emocionas y el hambre del otro nada
produce en ti. No promueven la misericordia ni ningún mandamiento relevante. Con
tanta ferocidad en la pantalla luchan por enfriar el espíritu, insensibilizar
el ser. Lo que era normal ahora es retrógrado. Los principios cruzan la línea
del tiempo. La parrilla programática es un bodrio tras otro. En casi todos los
videos musicales las mujeres son rameras. Ponen con orgullo garabatos en la
Real Academia. Movilizan hasta helicópteros con tal de saber de los problemas y
las relaciones sexuales del otro, y ya con un perfil psicopático. La morbosidad
es un gran producto, un tesoro, relucir la intimidad y lo sangriento con vigor
también. El adulterio y los chismes son manjares de los dioses. Las noticias y
los reportajes los manipula el amo. La verdad es relativizada. Lo relevante es
que la gente no piense en la justicia divina y en la social. La censura es el
demonio mismo. Los escandalillos y tropezones se venden como pan caliente. Hay que
mantener al pueblo narcotizado. Evadir la dura realidad de los peatones es la
primera misión. Si ofendes la fe en Dios te aplauden, si ofendes a los
homosexuales te arrestan. La pantalla es el lado oscuro de nosotros y no
fabrica cerdos, les da de comer. El gran titiritero sabe lo que hace,
degradándonos de a poco. El que te distrae te controla. El que te informa te
desinforma. El cesar te lleva el circo al living de tu casa. Un programa que te
obligue a superarte es impopular. La mediocridad es el zar en el cajón del diablo.
Una mente saludable es un peligro. No sólo somos vasallos de la logia bancaria
mundial, también de nuestras indigencias. El bruto, el vulgar y el analfabeto
son los mejores telespectadores, los más leales. Las miserias humanas son
rentables bienes de consumo. La televisión infantil es una agresión tras otra. Un
público pegado a la pantalla es más fácil de saquear y someter. La pantalla es un
opio que ya nos envenenó y te señala desde su altar con vehemencia lo que no es
correcto.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
http://lassotanasdesatan.blogspot.com
(3) Las lepras del humanismo
(a las aberraciones del humanismo laico)
http://lasleprasdelhumanismo.blogspot.com
(4) Veleidosa diosa libertad
(a esa libertad divorciada de la responsabilidad)
http://veleidosadiosalibertad.blogspot.com
(3) Las lepras del humanismo
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