LA FE EN CRISTO REFORMADA ES EL PUNTO INICIAL

El cáncer del marxismo es una maldición casi exclusiva de los países católicos. El resentimiento, el rencor, el sacramentalismo y el paganismo, fueron un aliciente para esa animadversión que creó el socialismo ortodoxo. El catolicismo no limpia el corazón, lo pudre. La ilusión de la igualdad alejada de la Escritura sólo trajo hambre, miseria, asesinatos y tiranía. No somos iguales y nunca lo seremos. Todos poseemos un carácter y una fibra ética diferente. Todos poseemos intereses y talentos distintos. En el catolicismo la pobreza es casi una virtud. El que el Vaticano sea una empresa multinacional multimillonaria impúdica es solo un detalle. Todos los mafiosos de prestigio que se precien de tal son bautizados por un cura. Las organizaciones criminales más destacadas hoy son las colombianas, mexicanas, irlandesas e italianas, que poseen en común su fe y subordinación a la diosa María. La mariología de la Santa Sede es la madre del paganismo refinado. Es un deber ético de todo ciudadano y ciudad desvincularse del catolicismo para siempre. Países como Inglaterra, Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Suiza y Alemania se desvincularon del Vaticano y abrazaron la prosperidad y la libertad, a través de la laboriosidad, la honestidad, el ahorro, la libertad y la fe en un Dios vivo y real. Lo mejor que le puede ocurrir a un país católico es estar cerca de un país protestante. Los católicos al no soportar el éxito brutal de los protestantes inventaron excusas sociológicas y de otro orden para explicar tanta prosperidad. El papa no gritará con un megáfono que los evangélicos fueron bendecidos por el Dios Todopoderoso. Sería intolerable, la envidia no lo autorizará. Los mayores aportes de la fe católica son el paganismo, el vicio, el secretismo, la necedad, el resentimiento, la holgazanería, la pobreza integral y fracaso personal. Sectores delirantes de la izquierda ortodoxa original o recauchada todavía creen que tienen alguna posibilidad en el mundo real. El cabeza de piedra no se rinde. Fidel Castro triunfó en la católica Cuba porque estaban dadas todas esas condiciones que genera la cultura de los siete sacramentos, partiendo por el odio y la envidia potentes. El romanismo es el demonio más exitoso y condecorado. Fidel esclavizó todavía más a un pueblo que ya estaba esclavizado y totalmente paganizado. Hoy el socialista astuto va tras el incremento de su patrimonio negociando muchas veces con dios y con el diablo. Sí, este neoliberalismo infame es una lacra y la riqueza en pocas manos es un escupitajo al Salvador en la cruz. Deslígate del protestantismo histórico, del cínico y del comercial. No te asustes ni te irrites, la fe en Cristo reformada es el punto inicial de la bendición global.

“Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.”

Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN

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